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¿Una carta de Gardiner para los anglicanos latinoamericanos?

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¿Una carta de Gardiner para los anglicanos latinoamericanos?

Por Diego Pacheco

El Comandante Allen Gardiner fue el primer gran misionero anglicano en Sudamérica, y en gran medida responsable de la formación de la iglesia anglicana en nuestro continente. El marino de la armada real inglesa era un anglicano comprometido, y sus firmes convicciones le llevaron a cambiar los buques de guerra por las embarcaciones misioneras. Convencido del poder salvador de la Palabra de Dios, decidió dedicar su vida a alcanzar a los no-alcanzados entre los países católicos romanos y los pueblos paganos. Gardiner insistía en ver su labor como una “deleitosa obligación”, y murió en aquella obediencia al mandato de Su Señor (Mateo 28.19–20) en Tierra del Fuego en 1851.

Existen dos documentos de puño y letra de Gardiner que destacan como tesoros para el anglicanismo de hoy, y he decidido publicar sus extractos para el beneficio de la iglesia. Hoy les dejo la carta de Gardiner a su joven hijo varón. La carta, escrita 10 días antes de su muerte, es su testamento espiritual.

Mi esperanza es que al leerla descubramos nosotros también que somos herederos de Gardiner, y que al descubrir nuestra herencia, seamos impulsados a vivir nuestra verdadera identidad como anglicanos latinoamericanos.

Carta de Allen Gardiner a su hijo (27 de agosto de 1851)

El Señor en Su providencia está tomando en su seno a uno y otro de nuestro pequeño grupo misionero y no sé con que prontitud me llamará a mí, para que por su abundante gracia y su poder redentor, me una a la compañía de los santos en lo alto, donde los goces duran para siempre. Es mi deseo, por lo tanto, preparar esta carta para ti, para que puedas tener la última prueba de mi afecto hacia ti y mi ferviente deseo por tu bienestar temporal y espiritual…

Si pluguiera al Señor inclinar tu corazón para que te des al ministerio del Evangelio, luego de las Escrituras y los libros devocionales, haz del griego y del hebreo tus principales estudios: el último no debe ser omitido por ninguna razón. La botánica es un estudio muy útil y placentero; si alguna vez salieras lejos, un conocimiento de las plantas y sus propiedades te será de mucha utilidad. Lo mismo respecto a algún conocimiento de medicina…

El punto siguiente es el de tu profesión, y ya ha llegado el momento cuando ésta debe ser determinada. Es un asunto de demasiada importancia para decidirlo rápidamente; será el punto que determinará hacia dónde se orientará tu vida, y tu futura felicidad dependerá principalmente de la elección que hagas. Guárdate de seguir demasiado de cerca tus inclinaciones naturales. Sólo hay un método para llegar a una conclusión satisfactoria. Pon todo el asunto delante del Señor, como Ezequías (Isaías 38): pídele consejo y no confíes en tu propio entendimiento; así, más tarde o más temprano, si lo pides con sencilla dependencia de Su enseñanza y guía, encontrarás un camino abierto delante de ti. Cuando esto haya sido decidido finalmente, entonces haz la misma cosa en cuanto a la esfera particular a que has de dedicarte. Pero te hago afectuosamente esta advertencia: no pienses entrar al ministerio del Evangelio, si no sientes conscientemente que estás constreñido por el amor de Cristo y el sincero deseo de ganar almas para El… Tu abuelo me dio esta orden que te repito: ‘Lleva una vida útil’, a lo que yo agregaré que tomes la Palabra de Dios como tu guía y la consultes diligentemente, orando al Espíritu Santo para que abra tu entendimiento, porque no es la simple información de su contenido (por mucho que sea un estudio extensivo, crítico o aclaratorio) lo que te llevará seguramente a través de ls  trampas y tentaciones de este mundo malo, sino cuando se la recibe como la verdadera leche de la Palabra, por la que nuestras almas son alimentadas y fortalecidas diariamente; entonces y sólo entonces, crecemos por ella y estamos preparados para los cuidados y pruebas de la vida y somos renovados en el hombre interior; así se nos permite adornar la doctrina que profesamos, y prepararnos gradualmente para aquella herencia incorruptible e inmaculada, que no se marchitará, reservada para todos los que viven por la fe en el Señor Jesucristo.

Los énfasis han sido agregados.

Para la reseña, y la traducción de la carta se han consultado los siguientes libros:

  • Allen F. Gardiner: Marino, Misionero, Mártir. Arnoldo Canclini (Buenos Aires: Marymar, 1979)
  • Hope Deferred, Not Lost. Allen Gardiner. Traducido por Arnoldo Canclini bajo el título “Tragedia en Tierra del Fuego” (Ushuaia: Zagier & Urruty, 2014)
  • The Story of Commaner Allen Gardiner R.N. John W. Marsh & Waite Stirling (Londres: James Nisbet, 1878)

Fuente: El Camino del Aprendiz

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